Vaya semanita! El tiempo se ha dado la vuelta, se ha olvidado de echarnos lluvia, viento y frio y nos ha traído una semana de sol y calor, cielos despejados, azules y brillantes. El miércoles todo olía a hierba y flores, a primavera. No se cuanto durará y no me importa, es la sencilla y alegre celebración de la vida y por efímera que pueda ser, es maravillosa.
Resumiendo, la semana ha sido muy completa. Inicialmente, se podía pensar que era una semana suave, de transición, que debería ser preparatoria de la media maratón del domingo en la
Ciudad Universitaria (la
Complutense de
Madrid).
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Datos del pinchazo de rendimiento aquí |
Así, el
martes tocaba un serie de cuatro repeticiones de dos minutos fuertes seguidos de tres suaves. Inicialmente me parecía algo muy sencillo, más aun después de lo bien que había entrenado el domingo anterior.
Salí a las 13 horas, nublado, 10ºC de temperatura, dirección a la
Colonia para, sin descender demasiado ir a coger el viaducto sobre la
A6 de
La Berzosilla y volver por la vía de servicio. La idea era que
Runtastic me avisara del tiempo cada 5 minutos (sólo tiempo, información mínima para no sufrir estrés) y que allá donde tocara realizar la repetición de forma aproximada. Fue un desastre: la primera repetición ya me dejó claro que estaba muy poco fino, y las otras tres fueron un calco o mucho peor: creo que hice algo así como 40" fuertes y 4'20" suaves en cada iteración. A los 55 minutos estaba de vuelta en casa para estirar, apesadumbrado por un malísimo rendimiento.
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El GPS está impreciso! Yo sólo he corrido
por calles y caminos! |
El
miércoles bajé a media hora de fisioterapia en
Beyer. Como la espalda me seguía jodiendo, tuve que pedir que me la trabajaran en vez de hacer una descarga de piernas que hubiera sido genial.
El
jueves tocaba carrera continua de 1h10'. Día ideal, perfecto, sublime. No quiero sufrir, así que elijo un itinerario de paseo, con pocas cuestas y cortas, que son las que más me gustan. Me sale de nuevo rana, es decir, muy malas sensaciones, muy cansado y con gran sufrimiento. De hecho lo dejo a la hora y cinco. Luego veré que el ritmo medio ha sido correcto (5'30"/km) lo cual me dejará algo más tranquilo dentro de lo jodido que me sentí a la tarde.
El
sábado tocan 25' de calentamiento y cuatro progresiones de 80-100m. Es decir, un paseo para dejar las piernas listas para el domingo. Salgo a las 9h y claro, como no puede ser de otra manera, lo disfruto. Antes de dormir lo dejo todo listo para salir de casa a la mañana siguiente listo para la carrera. Sin embargo esa noche duermo poco y mal; incluso tengo algunas pesadillas. Es como si la cabeza me dijera que no iba a poder correr la media maratón, que todo iba a ser un fracaso.
Llega al fin el
domingo de carrera. Desayuno a las 7:30 una naranja y un plátano con medio litro de agua. A las 8:50 am estoy aparcando en la
Facultad de Medicina, listo para calentar. Me quedo con la camiseta de entrenamiento del
Mapoma (la
Adidas azul a la que le he puesto el dorsal con imperdibles), pantalones cortos negros, medias de semi-compresión altas de
Nike y las
NB 1880 v3. Troto algo así como un kilómetro, hago ejercicios de movilidad y me bajo a descargar a las cabinas junto a la pista de baloncesto que están usando para ropero. La cola es pesada y me quedo bien frío. Cuando termino apenas quedan cuatro minutos para la salida. Subo por
Juan de Herrera, frente a la
Escuela de Arquitectura, intentando re-calentar un poco. Cuando llego a la plaza, el punto de salida, inicio un breve estiramiento. A mi espalda han dado la salida. Despacio, vamos pasando todos por el embudo previo a la pancarta y alfombra de control.
Arranco el
Runtastic, arranco el
Suunto y empiezo a correr. De repente me doy cuenta que no se si he pasado por un lateral de la alfombrilla y si me habrá detectado el sensor. Doy la vuelta y me obligo a pisar la alfombra. He perdido veinte segundos tontos.
Los primeros dos kilómetros me parecen eternos. Voy despacio pero voy adelantando muchísima gente. De lado a lado, milagrosamente sin fastidiar a nadie, me hago paso. Estoy ya en
Paraninfo. Ni sé ni quiero saber a qué ritmo voy. Me parece que estoy rodando bien. Doy la vuelta a toda la zona de
Medicina y enfilamos la
Avenida Complutense de vuelta al polideportivo. Desciendo por la
Calle Obispo Trejo, frente al
CM Cisneros, a buen ritmo para inmediatamente ascender y terminar la primera vuelta. Me encuentro francamente bien.
La segunda vuelta es también buena. Ya ha clareado mucho la carrera, se puede correr muy bien. Paso por el punto de hidratación del comienzo de la
Avda Complutense y me obligo a beber. Me sienta como un tiro (este va a ser un problema del día de la maratón!). De repente, ya bajando por
Obispo Trejo, la cabeza empieza a traicionarme. Aun así completo la vuelta por la calle interior del poli (
Estadio Nacional de Rugby, o
Campo Central, qué recuerdos!) y vuelvo a descender iniciando la tercera vuelta.
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Circuito "La Carrera para Todos".
Media Maratón Universitaria 2014. Detalle aquí. |
Comienza el sufrimiento, que apenas me dará tregua en los últimos siete kilómetros. Empiezo a ser adelantado por corredores a los que se les nota que van bien, que se han reservado. Me pregunto si estaré bajando el ritmo, pero devuelvo los adelantamientos en todas las cuestas arriba. Me da buen rollo ver que en esto de escalar estoy bien preparado. Llego a la parte alta del circuito (final de
Paraninfo) y me quiero consolar pensando que ya todo es cuesta abajo. Me están fastidiando las plantas de los pies. Me doy cuenta que llevo las medias recogidas abajo. No me estoy aprovechando de la compresión. Tengo la tentación de pararme y subirlas pero lo descarto. Me adelanta alguna persona que reconozco del grupo de entrenamiento de los domingos. Lucho. Estoy ya en
Complutense y el sufrimiento me parece odioso, ininteligible. Sólo me quedan tres kilómetros y no pienso pararme. Me obligo a volver a beber.
La bajada final por
Obispo Trejo es algo lenta. Escucho la megafonía dentro del estadio como alienta los últimos metros y me infunde bastante ánimo. Me adelantan unos cuantos más. La subida (sólo queda kilómetro y medio!) se me hace dura, pero sé que llego. Me alcanza alguna tentación de dejar de correr... qué traicionera es la jodida cabeza. Pero de repente estoy ya entrando en la pista de atletismo. Cuatrocientos metros. Me arrastro hasta la recta de llegada y ahí hago una progresión final incomprensible. Magnífico, he acabado. Quiero trotar pero no puedo; camino lastimosamente a recoger mi bolsa de hidratación.
Al rato me doy cuenta que he vuelto a hacer lo de tantas carreras: no he parado ni el
Suunto ni el
Runtastic cuando debía. El
Suunto marca 1h 53'. Calculando, pienso que he debido acabar en 1h49' lo cual me parece un gran resultado. Durante todo el camino no he mirado el reloj más allá de dos veces y realmente no tenía idea de cómo estaba corriendo. Miro el
Runtastic y veo unos ritmos por kilómetro que me parecen alucinantes. Me dice que realmente he corrido (mas andado hasta que lo paro) 21,7 km y que muchos de ellos los he corrido por debajo de 5'/km. Me duelen los pies, tengo rozaduras en las entrepiernas y me duelen y sangran los pezones, pero estoy muy satisfecho.
Estiro bien allí mismo, en el césped de las pistas, rodeado de corredores, disfrutando el minuto. Me lo he merecido.
Lo que queda del día es una continuación de todo lo anterior, dolor y satisfacción. Habría mucho que contar de este gran día, pero eso serían otras historias.
Analizando
Runtastic por la tarde veo que la precisión del
GPS no es buena. Pero eso no quita que los ritmos han sido muy buenos y además constantes: incluso en los momentos de sufrimiento los kilómetros iban cayendo sin resentirse el crono. Creo que estoy aprendiendo algunas buenas lecciones para saber interpretar mi cuerpo. Aun con todo, creo que he sufrido demasiado para ser solo una media maratón...me da algo de miedo saber que en seis semanas deberé correr el doble.
Nota final: Se han publicado los tiempos oficiales y me dan un tiempo neto de
1h 51' 43". He entrado el 135 de mi categoría (Veteranos C, Hombres).