Sobre las 12:30h salgo de casa si tener claro dónde gastar energías. Voy liviano de abrigo, y no hace especialmente buen tiempo. Decido tirar por una clásica de toboganes, para llegar en primer lugar hasta la entrada al Monte del Pardo y desde allí recorrer el camino de Navalvillar todo lo que me de el tiempo. Supongo que me dará para recorrerlo hasta el final y acierto, porque el reloj me deja alcanzar la carretera de Hoyo a Colmenar a la altura del Regimiento de Ingenieros del Ejército.
La subida es intensa. La cabeza me obliga a un trote más que cochinero en tres puntos concretos: tres repechos que me tienen comida la moral en dicho camino. Prefiero neutralizarlos para que al menos no me cuenten como tiempo corrido (vergüenza me daría). Por lo demás, el camino se me hace divertido y disfrutón, aunque me quedo algo frío en algún momento por causa del viento y algunas gotas que caen de arriba en momentos.
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Precioso recorrido por el Camino de Navalvillar. Aquí mas. |
Ya en la vuelta el reloj me dice que si quiero terminar cerca de casa no puedo dar rodeos y debo intentar cruzar algunos puntos muy probablemente inundados. Me arriesgo y lo hago bastante bien, aunque no del todo seco y haciendo más de cabra que de fondista. En todo caso el final es muy rápido y llego hasta casa después de haber recorrido algo más de 17 kilómetros.
No he querido saber nada durante la carrera de tiempos o ritmos. Me está devolviendo poco a poco la moral aunque le estoy cogiendo un mal rollo importante a las cuestas largas. Deberé trabajarlo de alguna forma para evitar que sea un handicap.
Estiramientos a conciencia y una ducha. Como rápido porque tengo que bajar al CoderDojo a Madrid.
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