lunes, 3 de marzo de 2014

Domingo de cuestas

Domingo 23, vamos para la Casa de Campo.

Llego tarde a la charla de nutrición de Chema. Está repitiendo algunas cosas que ya había contado antes y hay alguna novedad pero poco. Promete que el próximo domingo hablaremos de los lípidos.

Félix comenta que tocan cuestas cortas, que el terreno está estupendo para ello. También anuncia que el próximo domingo estarán los dorsales de la Media Universitaria, que el siguiente domingo vamos a correr los 10km de Paracuellos de Jarama (muy bonita dice!) y que ya no quedamos en el Cagigal hasta dentro de tres semanas.

Corremos 25 minutos de calentamiento. El tiempo es excelente, soleado y fresco. Sin embargo, voy algo jodido - o estoy acumulando cansancio o están tirando fuerte adelante - y llego algo arrastrado hasta el punto de partida para las cuestas, a la margen izquierda de la carretera que sube al Cerro Garabitas.

Félix nos da instrucciones. Debemos ascender unos cien metros con un desnivel total de unos de 15-20 (algunos tramos superiores al 25% hay seguro). El grupo 3 deberemos hacerlo 4x3 veces, con dos recuperaciones: las series de tres se recupera bajando al trote por una senda lateral del cerro de unos 200 metros de longitud, y entre repeticiones hay un descanso de 2 minutos. El ritmo es el que cada uno elija según sensaciones.

Siendo honesto, pensaba que me costaría menos. La realidad es que termino bastante jodidillo y que incluso en alguna de las subidas me paro 4 o 5 metros antes de la cima. En todo caso, con el trabajo realizado comienzo a darme cuenta que ya estoy en la zona media del grupo (una mitad me superan y la otra son superados con cierta frecuencia) y eso también motiva.

Para cerrar la mañana corremos 15 minutos dirección Lago. Yo me salto un par de ellos porque estoy pelo reventado.

En el arranque de la segunda serie me ha pegado un latigazo en la zona media muscular de la espalda. Llevo ya unos días arrastrando una molestia originada en un esfuerzo producido al estirar y creo que va a más. Por ello tras estirar decido no hacer abdominales e irme a ver a Esther, la fisio. Me echa la charla de si la postura, el día a día, que si estiro, etc..., y me dice que si el calor y los estiramientos no me lo quitan que vaya al fisio.

Me voy a casa a cocinar un arroz con espinacas y gambón que me sale incomprensiblemente rico gracias en parte a la supervisión de Esther - mi mujer, cuyo cumpleaños se celebra. Tras comer la siesta es inevitable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario