Una marathon son 42,2 km, una distancia respetable. Enfrentarse a una primera maratón constituye un desafío que, a mi me parece, debe tomarse en serio.
Correr sólo pequeñas distancias (5, 10 o hasta 15 km) tiene un pase y se disfruta. Correr y sufrir largos recorridos sólo es otra canción. Con todo ello he decidido que mi primera maratón, ya cumplidos los 54, requiere consejos y compañía, y me he apuntado a un grupo del Mapoma que entrena todos los domingos en grupo bajo la supervisión de profesionales encabezados por un incombustible y apasionado Félix Arévalo. El precio de maratón y preparación son 135 euros, que me parece aceptable pensando que son 55 euros mínimo la inscripción al maratón 2014 (normal dado lo que supone en coste organizar un evento de estas dimensiones).
Me viene a la memoria la heroica de Emilio Llerena, vecino, amigo y gran jardinero, que en 2010 o por ahí fue a la maratón de Madrid a correr un rato y la acabó tranquilamente. Con sus alrededor de seis décadas y un par de extents coronarios es un ejemplo de positivismo, pundonor e inteligencia además de una máquina humana. Yo no estoy hecho de la misma pasta.
Así que el pasado domingo, primer día, me pasé por el polideportivo Jose María Cagigal situado convenientemente a la entrada de la A6, entre el Manzanares y la Casa de Campo. En la mesa de recepción me entregan el plan de trabajo para ocho semanas (de 15 totales hasta el día M). Me han asignado - tras estudiar mis respuestas a las preguntas en la ficha de inscripción - al grupo 3, con objetivo de finalización entre 3h50' y 4h15'. Hasta aquí de acuerdo. Sin embargo, estudiando el plan me empiezo a dar cuenta de que Félix es un deportista competitivo, y que los ritmos que quiere que sigamos son 'exigentes' como poco. Los ritmos de partida para carrera continua, ya para el primer día, deben estar entre 5'10" y 5'40" /km. Esto para mi son ritmos de carrera de 10km, por lo que no se si podré mantenerme en ellos. De entrada me comprometo. A partir de la séptima semana el ritmo se acelera en diez segundos...veremos.
La sesión del domingo resulta moderada y divertida. De entrada movilidad articular (mmm, bien pensado!) luego carrera continua 25' por la C.Campo. Seguimos con técnica de carrera: Inés Marín explica los cinco ejercicios que deberíamos hacer máximo una vez por semana, y allí mismo los hacemos. Elevar rodillas, talones al culo, zancada rusa, impulsos horizontales y finalmente verticales: para cada una hacemos series de 3 x 80m con recuperación al trote y progresión de la misma distancia para terminar. Finalizamos con tres progresiones (Félix las adora porque sueltan las piernas, dice) y carrera continua de 15' terminando en el polideportivo.
Terminamos tras estirar bien diez minutos, cosa que hago individualmente, como muchos, sin seguir a Inés. Charlo con Chema sobre como serán sus charlas de nutrición y pregunto a Félix por los ritmos de los planes. Este me aclara que los tiempos incluyen 10 minutos de trote al principio y al final, siendo la vuelta a la calma del final importantísima, tanto como los estiramientos. En contestación a otros pirados que allí nos agrupamos, confirmo que los días de descanso deben ser tan respetados como los tiempo de entrenamiento: al pié de la letra, que los días de carrera pueden incluir una sesión de trabajo de fuerza para cuadriceps, isquios, abductores, y glúteos (importantes todos para estabilizar la rodilla) y que los ritmos k1-3 (ojo que k3 son de 4'40" a 4'50") ayudan a interiorizar la velocidad durante la carrera.
Vuelvo a casa realmente contento. Y cansado! Recuerdo el buen rato del día anterior, sábado, con mi querido amigo Enrique Bravo: marcha atlética (somos así aunque no queramos :) de 20km en 3h20", arriba y abajo por los montes junto al Pardo. Un gran rato para disfrutar de una buena conversación, pero que me pasa factura cuando se suma al trabajo del domingo. No importa, todo merece la pena, aunque me temo que deberemos pasar a otra forma de caminar en próximas semanas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario